La iglesia no quiere que eches polvos
La Iglesia ha prohibido esparcir cenizas de los difuntos o tenerlas en casa. Da igual que las tengas encima del microondas o del televisor de la tía Enriqueta -que aún no tiene ni TDT-, el caso es que la Santa Madre Iglesia dice que “polvo eres y en polvo te convertirás, pero ni se os ocurra echarlos por ahí”. -Así, al menos, rezaba esta mañana el papa Francisco, ante miles de feligreses concentrados en la plaza de San Pedro en Roma- “Que me estáis poniendo El Vaticano comidito de mierda, miarmas, con tanto difunto al viento…” -proseguía el Pontífice.- “Y a la monja de la limpieza el que la paga soy yo… que no soy una fábrica de hacer hostias (sin consagrar) ni billetes, ni, ni… ¡ni que fuera la banca Vaticana, leñes!”.
Monseñor Asenjo, arzobispo de Sevilla, recogía el mensaje de su santo padre y lo llevaba aún más allá: “En atención a los males del mundo, a la Sodoma en la que se ha convertido nuestro mundo, la Gomorra que padecemos por ciudad, si se hubieran evitado los polvos primigenios, no sufriríamos estas cenizas descontroladas, al albedrío del viento y encima gratis total.” Apuntaba el arzobispo. “Ya se sabe, de aquellos polvos, estos lodos”.
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Enga ya home, irse por ahí a repartir hostias, coño…