9 de cada 10 sevillanos se comerán los mantecados sin ganas
Una encuesta de La Colchona ha sido publicada recientemente en el ABC dominical indicando lo que todo indígena sevillano ya sabía: Cada Navidad comemos los mantecados sin ganas. Al menos y tal como indica el citado informe, nueves de cada diez hispalenses así lo sufren cada año.
En casa de la abuela cornucopia, en la del cuñado “enterao”, o en la del suegro buena gente, la cacerola escupe a tapadera batiente las viandas más jartibles y pesadas. Que si la chacina dura, que si la gamba de Pichardo, que si el consomé de qué, que si la carnaca “colistérica”… A ver quien es el guapo que guarda medio centímetro cuadrado de estómago para darle cabida al puto mantecado de coco.
La tía Enriqueta de turno te cruzará esa mirada de “hazme el favor de coger el puto mantecado de chocolate que lleva en la bandeja desde que Juaninnasio hizo a la mili en Cerro Muriano”, pillarás algún ejemplar medio chuchurrío y no, no vale coger la peladilla de turno que es muy chiquinina y te la puedes llevar chupando hasta que vayas a orinar la sidra al retrete y de camino escupir la almendra relamida. Te comerás el puto mantecado sin ganas, como dios manda a través de ese niño dios que nace cada año por las fechas señaladas.
El informa Colchona subraya también que el único sevillano de los diez de la encuesta que come la mantecada con ganas es porque siempre tiene más hambre que un caracol en un espejo y porque al comer fuera de casa le salen gratis.
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