Encuentran a Lucifer tomándose una cervecita en El Tremendo
Todavía no se ha podido confirmar si el diablo atisbado es Pedro Botero (el de las calderas), Lucifer, Becebú, Mefistófeles, Satán o el mismo Rafa Hernando de toda la vida. Sin embargo, sí que se ha podido saber que este es demonio de rango, de los que te dejan acojonaito y con olor a azufre para lo menos, 7 meses.
Al parecer, las tórridas temperaturas que sufrimos en la Mariana Villa han animado al Rey de las Tinieblas a subir desde sus infernales dominios a darse un garbeo por nuestra ciudad, cosa que este tipo de oscuros personajes vienen haciendo desde que Sevilla es tierra de trastiendas, fetiches y fantasmas: toda la vida. Sólo que ningún íncubo o súbcubo de estos se ha dejado ver en público, como es el caso, y además en uno de los templos de la sevillanía cruzcampista indígena, El Tremendo.
La señora dueña del bar, cuando vio venir a semejante personaje que parecía un bogavante radioactivo, reaccionó con mucha cautela y mayor jindama. «Mire usted, aquí viene gente muy rara y muy borracha pero este señor tenía cuernos de Mihura, rabo-flecha, un tridente como el cirial de la Macarena y una peste azufre… Vamo, nada más entrar, se me puso la cerveza hirviendo.» Señala Mari Cruz del Campo, regenta del local. «Cuando le pusimos el aguachirri caliente encima el tío estaba encantao y se jincó 27 vasos uno detrás de otro… Decía que a saber cuando entraría el levante otra vez, para poder darse otra escapadita por Sevilla y que pa dos días que estaba aquí los iba a aprovechar dándole al alpiste como los diablos mandan.» Sostiene Del Campo.
«Lo que no puede ser es que personajes tan oscuros como este, que son malos muy malísimos, anden por Sevilla con la caló como Pedro por su casa, espantando las clientela y asustando a las señoras que van a rezar el rosario de las 8 a San Pedro y Santa Catalina. Por favor, díganle al alcalde o al arzobispo que echen fli-fli bendecido a las alcantarillas, hombre ya…» Apuntilla la regenta del local.
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