Chicote se hace un ‘Pesadilla en la cocina’ en los Hermanos Gómez y se lo llevan en ambulancia Tenorio
Ayer se armaba la de dios es pisto en el bar Hermanos Gómez que la conocida franquicia hispalense tiene en Sevilla Este. El celebérrimo cocinero, Alberto Chicote (con premio gordo), salía ayer por la noche en ambulancia con decenas de serranitos saliéndole de las orejas por la atestada puerta del conocido restaurante bizarro.
El simpático chef de las alegres batas había sido requerido por el citado local para intentar levantar el negocio, que andaba más alicaído que la picha de un viejo. Nada más llegar, lo primero que dijo Chicote era que hay que ver lo lejos que estaba «el bar de los cojones.» Al parecer, al encargado del bar, Luis Pablo Gómez Gómez, estas palabras le sentaron como una ración de su propio «adobo Gómez» antes de irse a dormir.
Chicote, por su parte, continuó en la misma línea destroyer advirtiendo la mierda que tenía el bar, que se debería llamar «Los 7 jamones» en vez de «Los Hermanos Gómez», que si los camareros se tocan los huevos y encima luego sirven la comida metiendo los pulgares en el churrasco, en fin, que «esto es un puto un despropósito.» Rezaba el chef.
Total, que el encargado Gómez Gómez, ni flojo ni perezoso y viendo que Chicote era de buen comer, comenzó a pasarle bandejas de serranitos hasta las trancas de ali-oli por las narices, con la excusa de que eran comandas para las mesas, pero los serranitos llevaban 7 meses en la vitrina y ya estaban hasta amaestrados. El caso es que el mediático cocinero jefe empezó a trincar, a modo de aduana gastronómica, un serrano por cada bandeja que le pasaba por los morros. «Son los serranitos los que me acosan, me acorralan, se vienen pa mí, miarrrma…» Tras decir esto, Chicote salía por la puerta con los pies por delante en ambulancia Tenorio «empachao perdío, con los serranitos saliéndole por las orejas y con más mala cara que un pollo de Simago.» Recuerda Gómez Gómez con sonrisa giocondiana.
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