9 de cada 10 sevillanos opinan que los árboles de neón son «una puta mierda»
«Tos los árboles son iguales… parecen un cono de Avidesa boca abajo. Más feos que un chucho y horteras como sólo lo hacen los chinos de la Carretela Amarilla.» Así define el regente de una conocida tienda de toda la vida de la calle Sierpes, la estética navideña imperante en todas y cada una de las ciudades españolas, «con tantas luces lef o como se f¡diga, para tiesos… con menos brillo que una verónica de Fran Rivera.» Sostiene en tendero.
«Otra Navidad de fuchina… con lo fasi que es poner un abeto de verdad lleno de bolas pa luego replantarlo en el parque Miraflore… Con estos conos de neón los únicos que ganan son los chinos, como siempre.» Se queja Monipodio Querejeta, dueño de un quiosco de chucherías en la Alameda de Hércules.
Por su parte, la comunidad china de la ciudad está haciendo el agosto permanente desde cada una de sus tiendecicas, vendiendo alcoholes, turrones, decoración navideña de fuchina, mamonedo vario… Cuando se les pregunta por la polémica espantosa de los árboles de Navidad, cualquiera de ellos responde: «Al fondo, segunda calle isquielda… ar finá.» Por contra, si se les cuestiona la política comercial invasiva de Xi Jinping, -el presidente chino- ellos contestan: «No entiendo pelo lo mío má balato y mejó.»
Ezo es asín.
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