La campaña “para que se vaya la puta caló” arrasa en Sevilla
“Firma aquí para que se vaya la puta caló”, esta campaña de firmas de la famosa plataforma change.ofu arrasa entre los habitantes semicarbonizados de nuestra ciudad. Promovida por un vecino de La Resolana, Lorenzo Fogones, “amargao, deshidratao, churruscao, desesperao, hasta los huevos de pasá caló…” -según sus propias palabras- la campaña cuenta ya con más de 700.000 firmas “y eso que todavía no ha llegao a Ecija ni al resto del valle del Guadalquivir… Esto debe ser el principio del cambio climático, pero para mejón”. Sostiene Fogones.
“Los 40 grados de ayer fueron la gota de lava que colmó el volcán del verano” manifiesta Mari Loli Paipai, concejal de Medio Ambiente y Medio del Consistorio hispalense y poeta de las Noches del Baratillo en sus ratos libres, que afortunadamente, no son demasiados.
“Los sevillanos no podemos más, es evidente que Dios nos está castigando por sacar más pasos de la cuenta o por aburrirlo con tanto besapié, tanto solemne triduo, tanto insoportable quinario… ¡Firma ya, home!” Con estas palabras invitaba ayer a participar a los sevillanos en la campaña, el arzobispo de Sevilla, Monseñor Asenjo; sudando como un pollo de la Velá, desde lo alto de un púlpito de la Capilla Real de la Catedral, con un ventilador puesto al 15 y apuntándole a la cara.
“La puta caló”, por su parte, no se ha hecho eco de tanta animadversión entre los indígenas hispalenses y sigue instalada a sus antojo, a lo largo y ancho de la ciudad, de la provincia y más allá. “El problema es que cuando se consigan todas las firmas de la totalidad de los habitantes de Andalucía… ¿a ver quién es el guapo o guapa que tiene coño de echarla? Mejor dejar la cosa como está, no vayamos a pasar de Guatemala a Guatecaló, o mucho peor… ¡Venezuela! que allí sí que hace caló del malo…” Afirmaba esta mañana la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en la inauguración de una guardería de hace 10 años.
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