Sevilla se prepara para el «Trianexit»
Las consecuencias económicas podrían ser tremendas. Desde el ayuntamiento han mostrado su preocupación, aunque esperan que no se produzca una caída de la bolsa de Supersol.
El terremoto que sacude a la Unión Europea tras el referéndum celebrado en Reino Unido no ha tardado en tener sus consecuencias en la ciudad de Sevilla y en su provincia. Un grupo de amigos del barrio de San Gonzalo ha empezado a organizar el Trianexit, un proceso que supondrá la salida de Triana de la Unión Europea, de la ruta de la tapa y del consejo de hermandades con mucho flow.
Los efectos del trianexit pueden ser devastadores para la economía sevillana. Descenderían considerablemente las ventas de pavías del bar Oliva y la cerámica no podría exportarse para celebrar bodas griegas, ni para que los políticos de la Unión se tiene platos a la cabeza. Así mismo, no quedaría muy claro qué pasaría con los guiris borrachos que cada noche la lían parda en la calle Betis y que se dejan su dinerito, ya que algunos afirman que, visto lo visto, esta calle más que de Triana parece una calle de los Remedios, pero con sus rejitas en las ventanas y sus paredes encaladas. Pero lo que más temen desde el Gobierno y desde el ayuntamiento de Sevilla es que con todo esto Los Morancos dejen de ser de Triana y que se nacionalicen gibraltareños o que la Esperanza de Triana deje de pasar por su puente la próxima semana santa.
Los trianeros defensores del trianexit proponen la vuelta a la moneda de veinte duros y a las barras de aluminio en los bares con su cervecita fresquita que tenga un dedo y medio de espuma. Otras medidas propuestas son la de tirar entero el puente nuevo del Cachorro y volver a construir el campo de fútbol de Chapina, así como la creación de un equipo de fútbol que, como ocurre con el Athletic de Bilbao, solo esté formado por jugadores de Triana y como mucho de Camas.
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