La Madrugá, la Feria y El Rocío… el triatlón definitivo

Lo ha dicho la mismísima triatleta sevillana, María Pujol: No existe deporte de fondo más completo y competitivo que las fiestas de primavera que se viven aquí, en esta ciudad del paraíso de albero, azahar y caca de caballo. Al salir de un entranamiento en Cincinnati, una ciudad de Ohio en la que se celebran unos juegos indoor también llamados atletismo de salón o de andar por casa.

Pues como iba diciendo, salía ella de los vestuarios con compañera atleta de los madriles que se estaba preparando para hacer el Ironman, la prueba deportiva más dura del Planeta. Entonces la sevillana le contestó que tenía que venirse con ella a pasar la madrugá, la feria de Sevilla y el Rocío, que eso sí que es aguante y que para eso hay que entrenar toda una vida de levantamiento de jarra de rebujito, baile de sevillanas con cambayás y tragamiento de saliva dura con polvo del Rocío en tan sólo unos pocos días, que encima este año se han juntado todos en cuestión de poco más de mes y medio.   

Y es que a la atleta sevillana no le falta razón. Si ya es complicado llevarse toda la madrugada y la semana santa viendo todos los pasos como Dios manda, sin sillita plegable y andando más que Forrest Gump haciendo la ruta del colesterol. Pues a eso se le suman las horas y horas que se pasas uno de caseta en caseta en la que dicen tus amigos que están y que luego es mentira porque te han dado esquinazo porque les tocaba a ellos pagar la convidá. Y ya si encima eres rociero te toca hacer el camino, con gusto pero con callos en los pies.

Todo esto con el calzado adecuado, porque esta ciudad es famosa en el mundo entero porque a Keith Richards no le dejaron entrar en una discoteca porque llevaba botines… y como diría EL Fary, no va descalzo.

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