Éxito de la escultura monumental de Caixaforum “Mojón con chorreras”
Desde su deposición oficial el la plaza exterior del Caixaforum, la escultura atrae a millones de curiosos, amantes del arte de vientre y muchas, muchísimas moscas. La autora de la obra colosal, Catalina Cacahué, muy conocida en el mundillo del arte conceptual, es toda una especialista en este tipo de montajes de mierda y en el arte y confección de trajes de emperador para almas sensibles y narices ciegas.
El director del Caixaforum hispalense, Gordi de la Pelamía, ha declarado en rueda de prensa con pinza en el apéndice nasal y un becario con matamoscas, que la institución se siente encantada del éxito cosechado con tan arriesgada apuesta, pues la figura del mojón con chorreras, aún siendo muy popular no es difícil de digerir en directo y en todo su esplendor. «Hablamos de un montaje de 27 metros de altura y 7 toneladas de peso de mierda con denominación de origen humana, vacuna y equina.» Señala Pelamía.
«La iniciativa de arte escatológico más importante de la historia», como ya la define, Inés Perta, consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, ha generado una importante industria y comercio subsidiarios alrededor. Decenas de quioscos y tenderetes ofrecen todo tipos de artilugios al público que acude en masa a revolotear por la plaza del Caixaforum. Mascarillas, pinzas, matamoscas, ambientadores, colonias, escafandras, repelentes vicentes… Todo un arsenal de artilugios divertidos para combatir los efectos secundarios del arte de mierda.
La obra «Mojón con chorreras» significa, según Cacahué, a la sazón su autora, «un grito negro a la España moderna, una morterada desgarradora y descomunal que viste con el particular elemento flamenco que tanto define a nuestra cultura oficial, la chorrera.» El carácter efímero de la instalación de mierda (que se mantendrá hasta que se ponga seca y dura como el monte Gurugú) es totalmente intencionado y se relaciona con aquello de que «la mierda en España ni se crea ni se destruye, se hereda. Aleluya, aleluya, la mierda es tuya,» sostiene Cacahué.
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